La hernia discal es una de las afecciones más comunes en perros, especialmente en razas pequeñas y de edad avanzada. Esta condición puede causar dolor intenso y limitar la movilidad de nuestra mascota. En muchos casos, se recomienda un tratamiento conservador antes de optar por la cirugía. En este artículo, exploraremos algunas opciones efectivas de tratamiento conservador para la hernia discal en perros.
¿Cómo desinflamar hernia discal en perros?
Además de los medicamentos mencionados, existen otros tratamientos que pueden ayudar a desinflamar una hernia discal en perros. Uno de ellos es la terapia física, que incluye ejercicios de estiramiento y fortalecimiento muscular, así como técnicas de masaje y aplicación de calor o frío en la zona afectada. Estos ejercicios y terapias ayudan a reducir la inflamación y mejorar la movilidad del perro.
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En algunos casos, se puede recomendar la cirugía para tratar la hernia discal en perros. La cirugía puede ser necesaria si la hernia es grave o si los síntomas no mejoran con el tratamiento conservador. Durante la cirugía, se retira la parte del disco que está presionando los nervios y causando los síntomas. Después de la cirugía, es importante seguir con la terapia física y los medicamentos recetados para asegurar una recuperación adecuada.
¿Qué pasa si no se opera una hernia discal en perros?
Una hernia discal en perros siempre es una emergencia y requiere atención médica inmediata. La presión en la médula espinal causada por la hernia puede llevar a una alteración en la circulación sanguínea en la zona afectada. Si esta alteración persiste durante mucho tiempo, existe un mayor riesgo de que se produzcan daños permanentes en la médula espinal del perro. Estos daños pueden provocar problemas de movilidad, debilidad muscular e incluso parálisis.
Además del riesgo de daño en la médula espinal, los perros que sufren de hernias discales también experimentan un dolor intenso. El dolor puede ser tan severo que el perro puede tener dificultades para moverse, saltar o incluso caminar. La hernia discal puede causar una gran incomodidad y sufrimiento para el perro, por lo que es crucial buscar tratamiento lo antes posible.
¿Qué pastilla es buena para la hernia discal?
Si el dolor de la hernia discal es de leve a moderado, tu médico puede recomendarte analgésicos de venta libre como acetaminofén (Tylenol, otros), ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) o naproxeno sódico (Aleve). Estos medicamentos pueden ayudar a aliviar el dolor y reducir la inflamación en la zona afectada.
Además de los analgésicos, en algunos casos, los médicos pueden recetar medicamentos neuropáticos para tratar el dolor causado por la hernia discal. Estos medicamentos actúan sobre los impulsos nerviosos para disminuir la percepción del dolor. Algunos ejemplos de medicamentos neuropáticos incluyen la gabapentina y la pregabalina.
¿Cuánto tarda en recuperarse un perro de una hernia discal?
La recuperación de un perro de una hernia discal puede variar dependiendo de la gravedad de la lesión y del tratamiento utilizado. En general, el dolor y la inflamación se tratan con fármacos, siendo fundamental que el animal no pueda moverse libremente cuando comience a sentirse mejor. Los perros de los grupos 1 manifiestan en la mayoría de los casos una notable mejoría en un plazo de 2-8 semanas.
En casos más graves, puede ser necesario recurrir a la cirugía para reparar la hernia discal. Tras pasar por el quirófano, un perro convaleciente necesita ciertos cuidados para retomar su ritmo habitual. Tarda alrededor de diez días en recuperarse. Durante este tiempo, es importante limitar la actividad física del perro y evitar que salte o corra. Además, se recomienda proporcionar un ambiente cómodo y tranquilo para que el perro pueda descansar adecuadamente.
Además de seguir las indicaciones del veterinario, los dueños también pueden colaborar a que su mascota vuelva a la normalidad tras una operación con unas sencillas pautas. Esto incluye proporcionar una dieta equilibrada y adecuada a las necesidades del perro, así como realizar ejercicios de rehabilitación recomendados por el veterinario para fortalecer la musculatura y mejorar la movilidad. Con el tiempo y los cuidados adecuados, la mayoría de los perros pueden recuperarse por completo de una hernia discal y volver a llevar una vida activa y saludable.
¿Cómo curar una hernia discal en un perro?
La hernia discal en perros es una afección común que afecta los discos intervertebrales de la columna vertebral. Esta condición puede causar dolor intenso y, en casos más graves, debilidad o parálisis en las extremidades posteriores. El tratamiento de una hernia discal en perros dependerá del grado de la lesión y de los síntomas presentes.
Para perros con hernia discal en estadio 1 (con dolor sin signos de parálisis), se puede prescribir un tratamiento médico antiinflamatorio y reposo estricto durante varias semanas como tratamiento de primera línea, para permitir que el disco afectado sane gradualmente. Esto implica limitar la actividad física del perro, evitando saltos, carreras y movimientos bruscos que puedan empeorar la condición. Además, se puede recetar analgésicos para aliviar el dolor y reducir la inflamación.
En casos más graves, donde el perro presenta signos de parálisis o debilidad severa, puede ser necesario realizar una cirugía. La cirugía puede implicar la extracción del disco herniado o la estabilización de la columna vertebral. El tipo de cirugía dependerá de la ubicación y gravedad de la hernia discal. Después de la cirugía, se requerirá un periodo de rehabilitación, que puede incluir terapia física y ejercicios específicos para fortalecer los músculos y mejorar la movilidad del perro.
Es importante tener en cuenta que el tratamiento de una hernia discal en perros debe ser realizado por un veterinario especializado en neurología o medicina interna. El veterinario evaluará el caso de manera individual y recomendará el mejor enfoque de tratamiento para cada perro. Además, es fundamental seguir las indicaciones del veterinario y programar revisiones regulares para evaluar la progresión de la lesión y ajustar el tratamiento si es necesario.
¿Cuánto cuesta operar a un perro de una hernia discal?
El costo de operar a un perro de una hernia discal puede variar dependiendo de diversos factores, como el tipo de cirugía necesaria, la gravedad de la hernia y la ubicación geográfica. En general, el precio de esta intervención puede oscilar alrededor de los 1800 euros. Sin embargo, este costo puede aumentar si se requieren sesiones de rehabilitación y láser posterior a la cirugía, así como también si se necesita medicación para el manejo del dolor y la inflamación.
Además del costo de la cirugía, es importante tener en cuenta que el proceso de recuperación después de la operación puede llevar tiempo y requerir cuidados adicionales. Las sesiones de rehabilitación y láser, por ejemplo, pueden ser necesarias para ayudar a fortalecer los músculos y promover la curación de los tejidos afectados. Estas sesiones suelen tener un costo adicional, que puede rondar los 750 euros.
Asimismo, la medicación necesaria para el manejo del dolor y la inflamación también puede representar un gasto adicional, que puede alcanzar los 400 euros. Es importante seguir las indicaciones del veterinario en cuanto a la administración de la medicación y mantener un seguimiento regular para evaluar la evolución del perro.
¿Cómo curar un perro con hernia?
Existen dos posibles tratamientos para las hernias en perros. El primero consiste en la extirpación, mediante una cirugía, del material discal herniado. Este procedimiento se realiza bajo anestesia general y requiere de una incisión en la columna vertebral para acceder al disco herniado. Una vez que se ha retirado el material discal, los tejidos se suturan y se cierra la incisión. Este tipo de cirugía es más común en casos graves o cuando el perro presenta síntomas neurológicos.
El segundo tratamiento se centra en aliviar los síntomas sin tratar la hernia en sí. Esto puede incluir reposo absoluto o limitado, administración de analgésicos para aliviar el dolor y antiinflamatorios para reducir la inflamación. También se pueden utilizar terapias físicas como masajes y ejercicios de rehabilitación para fortalecer los músculos y mejorar la movilidad. Además, es importante controlar el peso del perro, ya que el sobrepeso puede empeorar los síntomas.