Hiperapego en los gatos

Cuando es armoniosa y equilibrada, la relación entre un gato y su humano es la experiencia más hermosa para ambas partes. Pero cuando hay hiperapego, la vida cotidiana se vuelve más difícil de gestionar. El felino es el primer perjudicado, de ahí la necesidad de prevenir y tratar este trastorno del comportamiento.

Hay quien piensa que los gatos son demasiado independientes como para que algunos se vuelvan hiperapegados. Sin embargo, existen casos de sobredependencia de sus humanos, y las consecuencias son desastrosas a todos los niveles. El propio gato es infeliz y el propietario no sabe qué hacer al respecto. ¿Qué se puede hacer con el hiperapego en los gatos?

Del apego a la madre al hiperapego al humano

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Desde su nacimiento y a lo largo de su vida, el gato se apegará a varios individuos. No son numerosos; suele limitarse a su madre y, posteriormente, a los miembros de la familia humana.

El primer apego del gatito, un vínculo natural, es con su madre. Es con ella con quien encuentra consuelo y seguridad. Es ella quien le alimenta, le da calor y le protege. Luego llega el momento del destete, cuando la gata empieza a hacer entender a sus gatitos que deben ser independientes. Ya no les deja mamar, e incluso se niega a morder y jugar con ellos.

Una vez adoptada, la gatita empieza a encariñarse con su dueño. Aprende a apreciar su presencia, su atención, sus caricias, el hecho de que le dé comida y agua, que le proporcione todo lo que necesita a diario: cama, juguetes, etc. Se establece una especie de dependencia al mismo tiempo que el vínculo emocional. Es cuando este apego es excesivo y constituye un obstáculo para la independencia y el desarrollo de la personalidad del gato cuando plantea un problema. Estamos en una situación de hiperapego.

Este trastorno del comportamiento es perjudicial tanto para el propio animal como para su propietario, que tiene que lidiar con un animal invasivo, propenso a la ansiedad por separación y en torno al cual debe organizarse toda su vida.

El hiperapego en los gatos: los síntomas

¿Cómo se manifiesta el hiperapego en los gatos?

En presencia de su humano, el felino busca constantemente el contacto con él, ya sea visual o físico. Si no puede tocarlo, debe poder observarlo para tranquilizarse. Y cuando está a su alcance, se apresura a frotarse contra sus piernas o a saltar sobre sus rodillas, su hombro o incluso su cabeza. El gato también busca su atención en todo momento, sobre todo maullando, y le sigue a todas partes.

Y cuando el dueño está ausente, aparecen todos los signos de la ansiedad por separación: accidentes de limpieza, destrozos (arañar los muebles, etc.), lamidos frenéticos, depresión…

¿Cómo detenerlo?

El hiperapego en los gatos es, por tanto, un problema real que hay que atajar cuanto antes, porque el problema sólo empeorará con el tiempo.

El primer consejo que dan los especialistas es no maltratar en exceso al gatito, para no preparar el terreno para el hiperapego.

Hay que acostumbrar gradualmente al gatito a las ausencias y proporcionarle un entorno enriquecido y estimulante: árbol para gatos, rascador, juguetes interactivos, etc.

También es muy importante garantizar la calidad de su socialización. Un gatito que ha tenido la oportunidad de conocer a tantos individuos de diferentes especies como sea posible se convertirá en un adulto equilibrado e independiente.

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Si el hiperapego ya está establecido, hay que evitar reforzarlo a toda costa. Esto significa, por ejemplo, esperar a que el gato venga a pedir un abrazo, en lugar de pedirlo tú mismo con frecuencia, y decidir cuándo terminarlo. Por supuesto, no hay que atender a todas las peticiones de mimos, pues de lo contrario se produce el efecto contrario.

También se recomienda que el momento de salir de casa se convierta en una rutina. Se acabaron las caricias interminables y las “charlas de bebé” para despedirse del gato. Por el contrario, se trata de ignorarlo y marcharse sin hacer un escándalo.

Y cuando llegamos a casa, resistimos la tentación de responder a sus peticiones. Ignóralo un rato, tómate tu tiempo para quitarte la chaqueta y los zapatos y tranquilízate, luego puedes ocuparte de él, siempre con moderación.

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