Glucogenosis tipo IV en gatos

Todo criador o particular especializado en la raza de gato noruego debe ser consciente del peligro de la glucogenosis tipo IV. Con una tasa de neomortalidad extremadamente alta, esta enfermedad no deja ninguna posibilidad a los gatitos afectados.

La glucogenosis tipo IV es un asesino inexorable de gatos y sólo se encuentra en el gato de montaña noruego. Esta enfermedad está relacionada con la deficiencia de una enzima esencial en el metabolismo de la glucosa. No hay tratamiento para esta rara enfermedad. Veamos los síntomas y las principales características…

Glucogenosis tipo IV: una enfermedad mortal para los gatos y que sólo afecta al gato noruego

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Enfermedad genética rara, la glucogenosis tipo IV sólo afecta a una raza de gatos: el gato noruego. Siempre es mortal; sólo varía la edad a la que mueren los gatos afectados.

La prevalencia de la enfermedad de almacenamiento de glucógeno de tipo IV es de aproximadamente 4 de cada 1000.

Es una anomalía en el metabolismo de la glucosa en el gato. En la práctica, la glucogenosis de tipo IV está causada por una deficiencia de la enzima de ramificación del glucógeno (GEB), una enzima que interviene en el procesamiento del glucógeno, concretamente en la síntesis del glucógeno a partir de la glucosa. El glucógeno es la molécula mediante la cual se almacena la glucosa en el organismo.

La mutación genética GBE 1 asociada a esta enfermedad puede estar presente en un gato no enfermo. En este caso el gato es un portador sano. Sin embargo, hay un 50% de posibilidades de transmitirlo a la descendencia. Este tipo de enfermedad se denomina enfermedad genética autosómica recesiva: autosómica porque el gen en cuestión no está en los cromosomas sexuales (ambos sexos están afectados por la mutación) y recesiva porque ambos alelos (copias del gen) deben estar mutados para que el gato enferme. Por lo tanto, un gato que sea portador sano no tendrá glucogenosis de tipo IV, ya que sólo uno de sus dos alelos está mutado.

¿Qué ocurre cuando un gatito tiene glucogenosis tipo IV?

Sólo el 12% de los gatitos nacidos con glucogenosis de tipo IV no nacen muertos o no mueren poco después del nacimiento. Sin embargo, no sobreviven más allá de los 15 meses.

De hecho, en el 88% de los casos de gatitos noruegos nacidos con glucogenosis de tipo IV, los gatitos ya han muerto en la fase fetal, durante el parto o muy poco después (unas horas). La deficiencia de la enzima GEB en estos pacientes provoca una hipoglucemia grave que es rápidamente mortal.

Los gatitos supervivientes mencionados anteriormente llevan una vida casi normal hasta los 5 o 6 meses de edad. Es en este momento cuando aparecen los primeros signos de glucogenosis de tipo IV. Los felinos jóvenes afectados suelen tener una fiebre que dura y no mejora. Sus músculos están marcados por temblores y luego comienzan a perder volumen gradualmente (atrofia muscular). Los trastornos progresan hasta que los animales quedan tetrapléjicos. En otras palabras, las cuatro piernas están paralizadas. El músculo cardíaco y el diafragma también se ven afectados, lo que provoca la muerte del animal.

A la edad de 10 a 15 meses, mueren por paro cardíaco o tras caer en coma.

Diagnóstico y prevención de la enfermedad

Actualmente no existe ningún tratamiento para la glucogenosis de tipo IV en los gatos.

Las pruebas genéticas y el control reproductivo son los únicos medios de prevención de esta enfermedad. La prueba también puede realizarse tras una consulta para un gatito noruego que presente estos síntomas y no responda a los tratamientos propuestos. La enfermedad es de origen genético, por lo que no hay tratamiento en la actualidad.

En la práctica, un gato noruego considerado portador sano (heterocigoto) sólo puede criar con un gato considerado homocigoto. La gravedad de la enfermedad hace que sea importante criar al gato con cuidado y consideración para no condenar a camadas enteras desde su nacimiento.

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