Fragmentación de la apófisis coronoides en el perro

¿Qué es la fragmentación de la apófisis coronoides en los perros? ¿Cómo se produce y cómo se trata?

La fragmentación de la apófisis coronoides es la causa más común de cojera del miembro anterior en perros grandes y se clasifica como una displasia de codo. De hecho, se debe a lesiones que afectan a una parte específica de uno de los huesos del antebrazo del animal. Veamos las características de esta enfermedad, así como su diagnóstico y tratamiento.

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Como recordatorio, la displasia de codo es una anomalía del desarrollo de la articulación del codo que aparece en perros jóvenes. Será una de las primeras causas de cojera de las patas delanteras y se agravará con el crecimiento del animal.

Fragmentación de la apófisis coronoides: ¿qué es?

Para hablar de este problema, que afecta sobre todo a los perros grandes, primero hay que explicar qué es la apófisis coronoides.

La apófisis coronoides es un punto óseo del cúbito, un hueso del antebrazo comparable al cúbito en los humanos. En el perro se distinguen dos apófisis coronoides: una lateral y otra medial. Es este último el que se ve afectado por la fragmentación, ya que soporta el peso y la presión que ejerce la parte media del húmero, el hueso del brazo del perro (entre el hombro y el codo).

La forma completa del término para la enfermedad es, por tanto, “fragmentación de la apófisis coronoides medial” (MCPF). Es una de las diversas formas de displasia de codo, pero también puede darse en un contexto distinto al de la displasia.

La FPCM es la principal causa de cojera en los perros de razas grandes, especialmente en los Retrievers, Bouviers y Rottweilers.

¿Cómo se diagnostica la FPCM?

En primer lugar, el profesional realizará un examen clínico del animal. La extremidad afectada se rotará externamente para aliviar el dolor al soportar el peso. La palpación y la movilización de la articulación serán dolorosas. La masa muscular del lado de la FPCM estará atrofiada pero puede sentir hinchazón en la articulación debido a la inflamación.

En el caso de la fragmentación de la apófisis coronoides medial, la TC es la técnica más sensible y específica para esta afección, ya que la FPCM no siempre es visible en la radiografía. Es el único procedimiento que permite un examen fiable y preciso.

Debido a su pequeño tamaño, las lesiones que afectan a la apófisis coronoides no siempre pueden detectarse eficazmente mediante una simple radiografía. Sin embargo, las radiografías pueden mostrar síntomas asociados a la enfermedad, como la artrosis o la no unión de la apófisis ancónea, otra forma de displasia de codo que puede estar asociada.

Es cuando se observa que el perro cojea cuando el veterinario puede sospechar de la fragmentación de la apófisis coronoides medial y solicitar un examen exhaustivo (es decir, una tomografía computarizada). Se tienen en cuenta otros factores como la raza y la edad del animal.

El tratamiento de la fragmentación de la apófisis coronoides medial en perros

La fragmentación de la apófisis coronoides medial en perros es una enfermedad que hoy en día tiene un tratamiento eficaz. El pronóstico es favorable en la gran mayoría de los casos: 9 de cada 10 perros jóvenes y hasta 8 de cada 10 adultos.

La fragmentación de la apófisis coronoides medial se trata quirúrgicamente, concretamente mediante artroscopia. En otras palabras, se introduce una cámara en miniatura en la articulación afectada.

El procedimiento ofrece al cirujano veterinario la posibilidad de tener una representación visual detallada de la lesión. Al mismo tiempo, la artroscopia le permite tratarla con una precisión óptima.

Este tipo de cirugía no se puede realizar en todas las clínicas veterinarias, a menudo el profesional derivará al animal a un especialista que domine la técnica y que tenga acceso a un equipo específico.

Una vez terminada la operación y fuera de la clínica veterinaria, el perro deberá observar un estricto período de descanso de un mes y medio. El animal no debe realizar ningún esfuerzo físico y los paseos deben reducirse al mínimo durante este periodo. Se recomienda llevar al perro con la correa sólo unos minutos para que haga sus necesidades.

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